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Había una vez dos amigas.
Una se consiguió las alas, la otra todavía no.
Se puso contenta porque le había dicho mil veces que iba a estar más feliz con las alas.
Pero por otro lado estaba muy triste. Era feo despedirse.
Se sentía un poco guaranga porque en realidad no se iba tan lejos.
Se iba a quince cuadras.
Y con alas.
Pero ella es sensible, la iba a extrañar.
Cuando se consiga sus alas, va a ir a visitarla seguido.
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Mua!
ResponderEliminaryo sé de quienes hablas :)
te quiero mucho
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ResponderEliminarbeso
Me gustan los blogs que hablan desde el corazón.
ResponderEliminar=)
yo tambien se de quienes hablas, y no te preocupes que nuestras alas están en camino.
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